Escrito por Carlos Domingo Ferrey García

* Menos del 5 por ciento de delitos son cometidos por jóvenes y menos del 1 por ciento de la población penal del país son menores, cifras muy por debajo del resto de países de Centroamérica.

Nicaragua se destaca en Centroamérica como el país con los menores índices de delincuencia juvenil, informó la directora de la Oficina Técnica para el Seguimiento del Sistema Penal de Adolescentes de la Corte Suprema de Justicia, licenciada Arely Méndez Varela.
 

Lic. Arely Méndez Varela, directora de la OTSPA, en el programa “Una Hora con la Justicia”, con el vocero del Poder Judicial Dr. Roberto Larios Meléndez.

Las estadísticas detalladas por la directora de la OTSPA, denotan la abismal diferencia entre la cantidad de delitos cometidos por adultos y adolescentes. Menos del 5 por ciento de los detenidos por la Policía son menores de edad y menos del 1 por ciento de las personas que se encuentran en algún centro penitenciario nicaragüense son jóvenes que no han cumplido los 18 años.

Las declaraciones de la especialista en justicia penal para adolescentes del máximo órgano de justicia fueron dadas a conocer durante el programa radial “Una hora con la justicia”, programa del Poder Judicial que se transmite todos los jueves por radio La Primerísima.

Méndez destacó los altos niveles de efectividad y modernidad del sistema penal especializado para menores en conflicto con la ley, al punto que ha generado el interés de autoridades judiciales del área centroamericana.

A pesar de este logro evidente, la funcionaria considera que “no sólo es importante cuántos adolescentes son procesados o cumplen penas, sino qué se puede hacer con ese adolescente para prevenir que cuando sea un adulto recaiga en algún delito. Es en ese momento -enfatizó la funcionaria- “que se vuelve crucial el proceso de re-educación del adolescente”.

 

La efectividad del sistema penal especializado para menores en conflicto con la ley, ha generado el interés  de judiciales del área centroamericana.

Somos ejemplo
La especialista afirmó que Nicaragua en esta materia especializada es un ejemplo a nivel centroamericano, ya que cuenta no solo con los índices más bajos de delincuencia juvenil sino también con la mayor efectividad en cuanto al trabajo re-educativo de la región.

El libro tercero del Código de la Niñez y la Adolescencia separa al adolecente del proceso penal común, haciendo una distinción, ya que este grupo social demanda un tipo de atención distinta y por los contrastes en las capacidades emocionales e intelectuales de ambos.

“Mucha gente cree que el código de la niñez promueve la impunidad o es “muy suave”, cuando en realidad el actual Código Penal que rige para los adultos ofrece todavía más garantías que el otro y pasan por alto el resto de artículos que hablan del tratamiento re-educativo que se debe dar al adolescente”, dijo Méndez Varela.

Considera la funcionaria, que si el Libro Primero (sobre los derechos y garantías del menor) del código se cumpliera en su totalidad, no habría razón para aplicar los otros libros que se refieren a la sanción penal.

Varela señaló que para el Poder Judicial es importante el trabajo que se puede hacer con los jóvenes infractores de la ley y no solo aplicarles una sanción apegada a Derecho, sino que una vez que han cumplido con su pena, se les asegure un proceso de seguimiento a su rehabilitación, para que no vuelvan a delinquir.

“Como oficina técnica sabemos que el nivel de reincidencia por parte de los muchachos al cumplir su pena es relativamente bajo, cuando el adolescente se enfrenta a un proceso penal en muchos casos se enmienda y no quiere volver a prisión. No obstante, estamos en la búsqueda de indicadores que permitan medir la efectividad del trabajo que estamos haciendo”, dijo la licenciada Méndez.

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