Escrito por Edwin Lenin Urbina Muñoz

* “Justo es una palabra bien difícil, pero no imposible”, expresa el nuevo representante de los jueces ante la Comisión Interinstitucional Departamental del Sistema de Justicia Penal.

“Yo quiero que esta comisión interinstitucional sea un espacio donde se superen los errores y los mecanismos que hacen más lenta la justicia”, expresó con firmeza el doctor Edgar Orlando Altamirano López, nuevo representante de los jueces penales ante la Comisión Interinstitucional Departamental del Sistema de Justicia Penal.

 

En la gráfica, el doctor Edgar Altamirano López dirige el juico en el caso “Televisa” en el que fueron condenados los 18 mexicanos acusados por crimen organizado, lavado de dinero y trasporte internacional de droga.

El doctor Altamirano López fue electo el pasado 26 de mayo para representar a sus homólogos judiciales de la capital ante ese organismo, en el cual pretende “llevar propuestas, soluciones y no problemas” realizando “críticas constructivas que coadyuven a mejorar el proceso judicial, que asegure las garantías y derechos constitucionales del ciudadano”.

El juez Altamirano López se define como un ser humano con marcada formación social, que le permite ayudar a las  personas y ser un funcionario judicial más justo.

“Justo es una palabra bien difícil, pero no imposible. Para que un juez pueda ser justo debe desprenderse de todas las prejuicios y preconceptos que puedan viciar su decisión, hasta de los estados de ánimo debemos separarnos cuando vamos dar un fallo”, reflexionó el judicial, oriundo de la ciudad de Managua.

De gafas oscuras, el doctor Edgar Altamirano López aparece junto a sus compañeros, luego de la “Operación Danto 88” que atacó los campamentos de la Contra en territorio hondureño. Las cuchillas, Jinotega, Abril 1998.

Este judicial --que a temprana edad practicó el beisbol-- aprendió a ayudar a sus amigos de juego, a sus compañeros de lucha, de estudios universitarios y de trabajo, experiencias que le permitieron reafirmar sus convicciones.

Él perteneció a la Selección Nacional de Beisbol Infantil de 1977, se bachilleró en el año 1985 en el Instituto  Autónomo Experimental México, perteneció a la Juventud Sandinista 19 de Julio e inicialmente ambicionó ser un agrónomo de profesión.

Servicio Militar
Aunque ya estaba autorizado para estudiar Relaciones Internacionales en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en junio de 1986 decide de manera voluntaria colaborar en la defensa de la Revolución integrándose al Servicio Militar Patriótico, donde se desempeñó como “jefe de pieza de mortero” en el Batallón de Lucha Irregular (BLI)”Juan Pablo Umanzor”.

En la fotografía, el equipo de secretarios judiciales junto al juez Edgar Altamirano López. Ellos redujeron las causas, heredadas del extinto Código de Instrucción Criminal.

Luego de cumplir casi dos años en el servicio militar y ya desmovilizado, en el mes de agosto de 1988 decide estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional de Ingeniería, pero por motivos económicos no pudo continuar con sus estudios. En ese mismo año consigue un puesto de trabajo como conductor en el Ministerio de la Presidencia, cargo que ejerce hasta 1990.

“Estando ahí --recuerda el doctor Altamirano-- fue cuando me interesé por estudiar Derecho, pero por el ritmo de trabajo no me dieron permiso. Yo lo que quería era aprender Derecho, por eso tuve que pedir mi renuncia, eso era lo que en realidad me gustaba”.

A inicios de 1990, el doctor Altamirano López logra matricularse en la Universidad Centroamericana (UCA) dedicándose a tiempo completo a sus estudios de Derecho. En esa etapa supera muchas vicisitudes económicas y participa en las luchas universitarias por el seis por ciento.

El juez Edgar Altamirano López fue miembro de la Selección Nacional de Beisbol Infantil, en la gráfica aparece con el legendario manager cubano-nicaragüense Argelio “La Bruja” Córdoba. Managua, 1977.

“Aún con muchas limitantes y dificultades económicas, pero con las ganas de aprender logré culminar mis estudios, en esa etapa me fue apasionando más el Derecho como profesión y como parte integral de mi vida”, dijo el titular del juzgado noveno de distrito penal de juicio.

En 1996, la Corte Suprema de Justicia le nombra juez suplente local penal del municipio de Jinotepe. En el año 2000 es trasladado por la CSJ a Managua como juez suplente del juzgado séptimo de distrito del crimen.


En el 2006 el supremo tribunal habilita el juzgado noveno de distrito penal de juicio, nombrándole en esa judicatura para resolver las causas del extinto Código de Instrucción Criminal (IN). En el 2008 ese juzgado inicia a conocer los casos con el procedimiento del Código Procesal Penal (CPP). 

Esta noticia ha sido vista: 1657 veces