Escrito por Carlos Domingo Ferrey García

* Familiares de adolescentes con medidas privativas de libertad se desahogan en charlas de la Oficina de Ejecución y Vigilancia de las Sanciones Penales a Adolescentes (OEVSPA).

“Padres, madres, hermanos, abuelas, tutores, no duden en ser afectuosos con los muchachos, porque un ser humano que no recibe afecto difícilmente se desarrolla como un buen ser humano”, dijo la master Dinorah Medrano Gutiérrez, psicóloga  invitada en la charla que periódicamente coordina la Oficina de Vigilancia de la Sanción Penal de Adolescentes (Oevspa) del Complejo Judicial Central Managua.

“En una visita que hice a la Cárcel Modelo mi hijo me sorprendió, porque solamente vino y me dio un abrazo, ahí me di cuenta que yo jamás le había dado un abrazo”, dijo uno de los padres de adolescentes privados de libertad en Tipitapa.

En estas charlas comparecen los padres y responsables de los adolescentes que cumplen medidas privativas de libertad en el sistema penitenciario de Adolescentes en Tipitapa.

Medrano Gutiérrez explicó que “al ser seres sociales nos comunicamos con los que nos rodean, pero el afecto es la esencia de nuestro humanismo, cuando demuestro lo que siento, demuestro que tengo sentimientos, así simultáneamente se crean lazos afectivos y mantenemos los canales de comunicación abiertos con los hijos”.

La psicóloga elogió el trabajo integral que se realiza en la Oevspa, pues en el caso particular de los jóvenes en conflicto con la ley, “es prioritaria la inclusión de los padres en todo el proceso, para que al salir del sistema penitenciario y regresen a casa exista la armonía necesaria y buena relación familiar”, destacó la directora de la carrera de Psicología de la Uca.

Auto cuido
 

Msc. Dinorah Medrano Gutiérrez, psicóloga.

La directora de la Oficina de Vigilancia de la Sanción Penal de Adolescentes de los juzgados de Managua, licenciada Erika Blandino Cruz, afirmó que estos encuentros son muy útiles porque las charlas son como un espacio de “desahogo y auto cuido”.

La funcionaria de la Oevspa señaló que los familiares de los muchachos  tienen sus propias lesiones psicológicas, que por medio de estos encuentros son de alguna forma evacuados, mediante la socialización y testimonios de personas en situaciones similares.

Para que los familiares puedan trabajar con sus muchachos, “ellos antes deben ser tratados, por todos los problemas psicológicos que arrastran, que en ocasiones son trasladados a los hijos”. Por eso es necesario el auto cuido, ya que en el difícil rol de padres muchas veces estos se descuidan a sí mismos.

“La adolescencia es una etapa determinante en la formación de los muchachos, recordemos que el joven no es resultado de sí mismo, sino resultado de su entorno, e influyen en él. La mayoría viven con el tutor que los representa en los encuentros, si no trabajamos con la familia, el trabajo de reinserción a la sociedad no está completo”, puntualizó la licenciada Blandino Cruz.

Un error común exteriorizado en la reunión, fue el hecho de que los padres dan a sus hijos todo lo que piden sin restricciones, pero cuando los padres por dificultades económicas o castigo no lo dan todo, llega la frustración en los chavalos y buscan una solución ilícita para satisfacer ese “gusto”.

Directora de la Oevspa, Lic. Erika Blandino Cruz.

“Es mejor que las cosas malas las hagan delante de mí y no a mis espaldas” o “las mismas vagancias hice yo cuando tenía su edad”, fueron expresiones proferidas por algunos de los padres asistentes al encuentro.

Esto, señala la directora de la Oevspa, es un gravísimo error, “ya que el adolescente asume que hay actos ilícitos que son aceptables porque los hizo su padre, madre o familiar y además tienen el respaldo del adulto o figura de autoridad, cuando lo idóneo sería una reprimenda o corrección”.

Según adelantó la funcionaria de la Oevspa, para el mes de diciembre está programado otro encuentro con los padres de los adolescentes privados de libertad, para continuar aportándoles herramientas y consejos en la difícil labor de ser padres y guías de los jóvenes, ya que como sentenció la abuela de un adolescente bajo proceso judicial, “nadie nace aprendido para ser padre”.

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