El descuido de padres y madres frente a sus hijos los coloca en un estado de vulnerabilidad extremo.

La decisión judicial la emitió el juez quinto de distrito de Familia, doctor Diego Manuel Arana Castillo, luego que el joven padre de 20 años interpuso la demanda de retiro del cuido y crianza del niño contra la progenitora, a quien responsabilizó de las lesiones físicas y del descuido que mostraba en su humanidad.

“Existen causas en interés superior del niño para revocar el cuido físico que ejerce la madre,  quien ha sido negligente en el cuidado de su hijo; ha faltado al deber de favorecer las relaciones padre e hijo como un derecho a su identidad, a cultivar el afecto y recibir de su progenitor los cuidados debidos para su pleno y armónico desarrollo, obstaculizando su relacionamiento sin causa justificada, careciendo por el momento de las habilidades parentales para seguir ostentando el cuidado de su hijo”, consigna el texto de la resolución judicial.

En el desarrollo del proceso, se recibió el informe del Instituto de Medicina Legal, que a través de la doctora Karla Patricia García Muñoz, indica que el menor de edad presenta lesiones físicas corporales de vieja data en rostro, cuero cabelludo de la región occipital derecha e izquierda y agrega que las lesiones de forma redonda y rojizas son producto de picaduras de insectos compatibles con zancudos.

De previo, la parte demandante presentó 16 fotografías que muestran las lesiones físicas en forma de rallones y escoriaciones en un brazo, piernas y espaldas del infante, con lo que pretendía establecer los daños sufridos bajo el cuidado de la madre.

Negación
La parte demandada rechazó las acusaciones y pidió que el IML examinara al niño para determinar si las lesiones en su piel eran por maltrato o algún tipo de alergia; y que ambos padres fuesen valorados psicológicamente, para establecer su idoneidad para ejercer el cuido y crianza.

Tras valorar a la madre, al padre y al menor de edad, la psicóloga del Consejo Técnico Asesor del Tribunal de Familia, licenciada Eynar Fuentes Toruño, planteó que el método de corrección materno (hacia el niño) es “punitivo”, lo que no favorece su sano desarrollo integral.

La psicóloga sostuvo que, por el contrario, el infante proyecta una buena comunicación y un fuerte vínculo afectivo hacia el padre, pues el día que los tres se encontraron en la sede judicial, lo abrazó, lo besó y lloró, porque no se quería apartar de él para irse con la mamá.

El progenitor relató a Fuentes Toruño que en una ocasión, la madre del niño le dijo que este se había tomado una botella de gas y que las quemaduras en un brazo y una pierna, se las había hecho con una parrilla y una porra caliente. Por si fuera poco, cuando él llegaba a buscar a su hijo ella no le permitía verlo y rechazaba recibir el dinero de la manutención, para luego enviarle mensajes de voz reclamándole que no estaba cumpliendo con su deber.

“Ahora en un audio de voz dice que el niño no es mío… yo no le voy a hacer ninguna prueba a mi hijo, me importa su seguridad, ella no está bien, temo que mi hijo siga sufriendo.. ha tomado como alegato en mi contra la mordedura de un perro al niño, que fue algo no provocado”, agregó el padre.

La experta concluyó que en el niño no hay maltrato de la madre pero sí negligencia; y sostuvo  que el padre le brinda seguridad y confianza, por lo que recomendó al juez Arana Castillo  preservar o mantener el vínculo descrito.

Ante las pruebas y los resultados de la valoración médico psicológica, el doctor Arana Castillo estableció un régimen de visita para que la madre se relacione con su hijo en fines de semana alternos, desde el viernes por la tarde hasta los días domingo a las cuatro de la tarde, tomando en cuenta que por el momento, la mujer carece de las habilidades parentales para ostentar su cuidado y su crianza.