La psicóloga Auxiliadora Castro Sánchez (penúltima de la derecha), en una de sus intervenciones en audiencia judicial.

El retiro por jubilación de la licenciada Castro Sánchez, más conocida como “Chilito” entre jueces y demás compañeros de trabajo, es el primero del Tribunal de Familia desde su fundación hace seis años.

Como fundadora de lo que hoy es el Consejo Técnico Asesor, “Chilito” es referente de la justicia de Familia desde 2,009, cuando se creó esa estructura multidisciplinaria para asesorar a judiciales de Familia mediante la realización de estudios y dictámenes psicosociales.

El último día de trabajo dentro de la vida institucional en el Poder Judicial, la licenciada Castro Sánchez recibió decenas de abrazos y el cariño de sus compañeros y compañeras, con quienes vio el nacimiento y desarrollo de la justicia especializada de Familia.

Aquí, algunas preguntas realizadas a esta mujer que en estos nueve años se ganó el respeto y estima de los servidores públicos del Tribunal de Familia.

¿Haciendo una retrospectiva de su trabajo de atención a los conflictos de familia, qué le refleja el comportamiento de la célula fundamental de la sociedad en estos años?

Que la inmensa mayoría de los conflictos de pareja se debe a la intransigencia y falta de tolerancia de las personas. Gran parte de ellas pelea por todo o por nada y las expectativas que tiene uno del otro es muy grande; lo que esperan de ellos solo está en sus mentes y no en la realidad concreta, también que lo económico tiene una inmensa ponderación en los conflictos familiares y muchas de las demandas tienen como origen esta situación.

¿Cómo quedan los niños y niñas ante esta circunstancia?
Los niños, niñas y adolescentes son muchas veces las víctimas de estos conflictos y (paradójicamente), tienen mayor juicio de la realidad cuando enfrentan estas situaciones (los rompimientos de pareja); tienen una gran lealtad hacia sus padres y (estar en medio) esas situaciones puede causarles afectaciones psicológicas. Es importante y necesario seguir fomentando y fortaleciendo los valores morales y humanos para consolidar esa célula fundamental de la sociedad que es la familia.

¿Qué experiencia le ha marcado como ser humano y psicóloga?
Conocer la diversidad del ser humano que supera la mejor de las imaginaciones, tanto en el aspecto positivo como negativo. En algunas ocasiones en el trabajo “amasás la miseria humana con tus manos”.

¿Qué le frustra o molesta no haber conseguido en este tiempo?
No me frustra o molesta nada. He conseguido mucho de lo que anhelaba y más. El hecho que me jubile no significa que dejaré de ser profesional de la psicología.

¿Y la mayor satisfacción que le han dejado estos 36 años de trabajo?
Ver las manifestaciones de cambio en las personas, niños, niñas y adolescentes. En las mujeres, siempre he pensado que si mi trabajo por lo menos hace que una persona cambie para mejorar yo soy feliz. La psicología también es una carrera que tiene sinsabores, ya que el nicaragüense no ha aprendido la cultura de la atención psicológica. Algunos creen que con una sola visita al psicólogo o psicóloga la vida cambia. Los psicólogos no son dioses, son personas que han estudiado para guiar y apoyar mediante la ciencia, es la persona la encargada de llevar a cabo las indicaciones del terapeuta.

Vivir en plenitud
¿Al alcanzar esta etapa qué piensa hacer de futuro?
La jubilación es una etapa más de la vida de quienes pudimos alcanzarla. Es esa parte de la vida no menos fascinante y satisfactoria; (es la fase) cuando disfrutás de lo realizado a través de tu vida profesional. Continuaré con mi práctica profesional brindando conferencias, pero dándome más tiempo para cuidar de mi misma, compartir con mis nietos, familiares, mis plantas y saldré con mis amigas y amigos de tantos años.

“Visitaré familiares, continuaré riendo y disfrutando de lo hermoso que es vivir, leeré mucho más que antes; no olvidemos que (la jubilación) es el tiempo de vivir con plenitud. Voy a escribir mis memorias para plasmar mis vivencias y la psicología de nuestro pueblo que tiene sus propias particularidades”.

La licenciada Castro Sánchez se graduó en 1982. Antes de ingresar al Poder Judicial   ejerció como psicóloga clínica en varios hospitales de Managua, entre ellos el Psicosocial José Dolores Fletes, donde es miembro fundadora de la Unidad de Intervención en Crisis. Además, ha sido catedrática de tres universidades capitalinas.