“Debido a que aproximadamente el 90% de estos jóvenes han sido víctima, estos espacios les ayudan a abordar el tema sin prejuicios, sin sentirse culpables, a identificarse como víctimas, a aprender a identificar las diferentes manifestaciones de la violencia sexual, a desarrollar estrategias de prevención y a desnaturalizar la violencia visualizándola como un delito que atenta contra la libertad y la integridad sexual”, explicó la funcionaria.

 

La capacitación se desarrolló a través de diferentes dinámicas como la “canasta revuelta” para la presentación de los participantes, “el barco se hunde”, “el repollo”, para que los jóvenes estuvieran en un ambiente de confianza y participación. 

 

Las exposiciones se realizaron a través de medios audiovisuales con el fin de calar en la mente y conciencia de los jóvenes, precisó la doctora Ileana Silva Oliva, trabajadora social del Equipo Interdisciplinario de Violencia.