La Dirección Nacional de Defensoría Publica, cada 14 de enero se llena de regocijo al celebrar el Día Nacional de la Defensora y el Defensor Público de Nicaragua, fecha instituida por la Corte Suprema de Justicia mediante Acuerdo Número 129 del cinco de octubre de 2010.

Nacimos como Institución hace 23 años, al entrar en vigencia la Ley Orgánica del Poder Judicial, marcando con ello, la era de la modernización del Poder Judicial; en retrospectiva esta dirección fue integrada inicialmente con 12 defensoras y defensores públicos, incluyendo a su directora y subdirectora, labor incipiente y dirigida a algunas Circunscripciones y con la limitante del servicio en la materia penal; hoy estamos en todo el país, somos 425 defensoras y defensores públicos, brindamos el servicio de  manera permanente en 92 Municipios y de manera itinerante en 47 Municipios y 14 Municipios sin cobertura.

Brindamos el servicio en todas las materias y en virtud de dar una mayor cobertura, protección y restitución de los derechos humanos de las personas en situación de vulnerabilidad en cumplimiento a las 100 Reglas de Brasilia, se ha dado paso a los servicios de acompañamiento especializado integral a Niñas, Niños y Adolescentes Víctimas de Delitos, especialmente de Violencia Sexual; acompañamiento a Niñas, Niños y Adolescentes en los temas de materia de Familia y Civil, y la asistencia legal gratuita en representación de las victimas en delitos menos graves, tipificados en la Ley 779 y Ley 846, en los Juzgados Penales y Juzgados Locales Únicos.

La Defensoría Publica, y por ende sus defensoras y defensores públicos, están íntimamente entrelazados con las necesidades de las usuarias y usuarios, que solicitan el servicio en cada una de nuestras 18 delegaciones; este servicio que brindamos nos ha permitido ser mejores seres humanos, nos ha desarrollado en gran medida la solidaridad, el compromiso y nos ha permitido dar un servicio de calidad, calidez, eficiencia y efectividad. Nos comprometemos a dar el servicio como que este fuese dado a nosotras, nosotros mismos, recalcando en el gran Mandamiento en la ley de Dios: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y el segundo: Amaras a tu  como a ti mismo.

Nos comprometemos a dejar los hábitos que no nos permite dar un servicio diligente, efectivo y afectivo; que nuestra actitud sea la dirección y el rumbo hacia la excelencia, lo que implica deponer actitudes, desaprender y emprender un trabajo de calidad, compromiso y excelencia. Feliz Día de la Defensora y el Defensor Público.

Fraternalmente,