Escrito por Edgar Solorzano
Funcionarios y trabajadores del Instituto de Medicina Legal (IML), cincuenta en total, concluyeron el sábado pasado el primer taller-seminario sobre el Código de Ética de los Servidores Públicos del Poder Judicial, junto con personal de la Dirección de Resolución Alterna de Conflictos (DIRAC).
El seminario fue impartido por facilitadores del IML –doctor Zacarías Duarte Castellón, director general del IML; doctora Ernestina Cuadra, directora de Regulación y Registro; licenciado Sergio Salazar, responsable de Toxicología y la licenciada Miriam Vásquez, responsable de Servicios Generales--, y por facilitadores de la DIRAC, encabezados por su directora, doctora Leticia Herrera y la doctora Vanessa Medina, responsable de capacitación.
El Código de Ética fue aprobado por Corte Plena el doce de septiembre del año pasado, como una atribución de la Corte Suprema de Justicia establecida en su Ley Orgánica que le faculta organizar y dirigir la administración de justicia y, también, por las demás atribuciones que le confieren la Constitución y las leyes.
El Preámbulo expresa que “con la implementación del Código de Ética de los Funcionarios y Empleados del Poder Judicial de la República de Nicaragua, se pretende contar con un nuevo elemento que coadyuve a una mayor celeridad para conocer de las quejas que se presenten al Poder Judicial contra los funcionarios que han tenido roce con la ética, garantizando por una parte, se cumpla el debido proceso en beneficio del funcionario y por otra parte, prevalezca en los usuarios de los servicios judiciales, la confianza, la calidad técnica y la rectitud moral”.
El Código de Ética consta de ocho título, donde se establecen las disposiciones preliminares, los principios éticos de los funcionarios y empleados del Poder Judicial –independencia, autonomía, imparcialidad, legalidad, objetividad, transparencia, confidencialidad y discreción, y probidad--. Valores éticos esenciales: prudencia, iniciativa, proactividad y disciplina.
El Código también especifica los valores del profesionalismo –celeridad, organización del trabajo, dedicación y entrega, colaboración, autosuperación; sociabilidad –tolerancia, espíritu de servicio, cortesía, solidaridad y humanismo; prestancia personal –decoro, dignidad, pulcritud y modestia--.
El Código resalta los deberes éticos de los servidores públicos del Poder Judicial: responsabilidad, declaración patrimonial, honestidad, austeridad, rectitud e integridad, equidad, lealtad, honor a la verdad, deber general de la reserva, respeto a las personas y sobriedad.
Establece las relaciones éticas con otros poderes del Estado e instituciones públicas y privadas, la creación de la Comisión Nacional de Ética, sus atribuciones y conformación y finalmente, la creación de la Orden a la Excelencia Ética, como una forma de fomentar la excelencia de los buenos ejemplos y prácticas, mediante el reconocimiento público de las personas sobresalientes por su idoneidad moral, al tenor del presente Código.
El Código crea la Orden a la Excelencia Ética “Doctora María Haydee Flores Rivas”, como justo reconocimiento a los servidores públicos del Poder Judicial que se destaquen por sus méritos y cualidades, a fin de que los galardonados sean referencia modelos en el seno institucional y en nuestra nación.
Cada uno de esos aspectos fue impartido por los facilitadores con un diseño curricular específico, cuya metodología permitió la participación de los asistentes al seminario.
Para el coordinador de capacitación del Código de Ética del Instituto de Medicina Legal, doctor Humberto Pulido, “el taller fue un éxito, hubo una amplia participación, que nos permite apropiarnos de este instrumento tan importante y esencial para un mejor comportamiento como servidores públicos y como personas”.
“Considero”, dijo el doctor Pulido, “que este instrumento autoregulatorio será de mucho beneficio para todos y cada uno de los trabajadores del Poder Judicial y por ende, de la institución en el cumplimiento de su función de administrar justicia”.
El Código de Ética fue estructurado y validado a lo largo de veintidós talleres de trabajo colectivo, es producto del esfuerzo conjunto de los propios servidores públicos del Poder Judicial, por darse a sí mismos un código ético que les permita orientar y valorar su desempeño.
El próximo fin de semana se realizará el segundo y último taller para los funcionarios y trabajadores del Instituto de Medicina Legal, quedando así todo el personal en pleno conocimiento de ese instrumento autoregulatorio, inherente a la conciencia de cada uno de los servidores públicos del Poder Judicial, para ser coherentes en la práctica de sus funciones y su comportamiento.