La jueza Margarita Romero dijo que cuando aborda a los padres en conflicto por causa del divorcio, les hace ver que si a los hijos los hicieron en un momento de amor, al separarse de su pareja no tienen por qué divorciarse de ellos.

En el Tribunal de Familia de Managua, esa realidad se ha manifestado en al menos diez juicios y todo “porque muchas veces los adultos no tienen conciencia de la trascendencia de sus actos”, según valoró la jueza Primero de Distrito de Familia, doctora María José Arauz Henríquez.

“Los niños, niñas y adolescentes siempre son afectados por los conflictos de los padres o tutores y sufren las consecuencias de la violencia de género mayoritariamente ejercida por los hombres”, reflexionó la jueza Sexto de Distrito de Familia de Managua, doctora Margarita Romero Silva.

A finales de septiembre, el juez Cuarto de Distrito de Familia de Managua, doctor José Ramón Barberena Ramírez, falló un juicio por impugnación de paternidad en la que una niña de 12 años dejó al descubierto su deseo de morir por el pleito que sostenía su mamá biológica con la mujer que la crió desde los seis meses de edad hasta los seis años.

“Sólo soy un estorbo para todo el mundo… no soy nada en la vida…  me arrepiento de haber nacido…”, escribió la niña en su cuaderno de clases, atribulada porque su mamá biológica no le permitía ver a su mamá “postiza”.
 

La sicóloga del Tribunal de Familia de Managua, María Auxiliadora Castro Sánchez, aseveró que ante ideas o intentos suicidas es necesario prestar atención especial a jóvenes y adolescentes e incluso niños de diez u once años.

Intentos suicidas en ascenso
“Quiero vivir con mi mamá pero no quiero dejar de ver ni de estar con Rebeca, no quiero que sigan peleando, quiero que sean amigas”, confió la niña al juez Barberena, quien conminó a ambas mujeres a respetarse, dejar de pelear y de hacer comentarios negativos “por el bien” de la menor de edad.

La sicóloga del equipo multidisciplinario del Tribunal de Familia, licenciada María Auxiliadora Castro Sánchez, aseguró que en Nicaragua el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años y este índice se ha triplicado en los últimos 35 años.

Durante una audiencia especial, una joven de 15 años cuyos padres estaban enfrascados en una demanda de alimentos, refirió al juez Séptimo de Distrito de Familia, Luis Miguel Benavidez Cruz, que en una ocasión ingirió quince pastillas de su tratamiento contra la epilepsia porque su progenitor intentó asfixiarla.

“Las mujeres intentan más el suicidio pero los hombres son los que más lo consuman”, explicó la sicóloga Castro Sánchez, quien agregó que aunque entre los menores de edad la mayor parte de las ideaciones e intentos suicidas son impulsivos, es mejor atender esos “avisos” porque ellos carecen de información acerca de la letalidad de una sobre dosis.

La jueza Romero Silva sostuvo que si bien no existe una escuela que enseñe a las parejas cómo ser padres, en la medida en que ellos establezcan una buena comunicación y se respeten entre sí, estarán forjando hombres y mujeres mental y emocionalmente sanos.

En los últimos dos años, la judicial ha tramitado tres demandas en las que los hijos han expresado ideas suicidas debido a que los padres les impiden o hasta los reprimen por querer relacionarse con la madre o viceversa.

“La juventud llena sus vacios afectivos y emocionales con violencia, adicciones y delincuencia”, aseguró la judicial, cuando recordó que en audiencia para dilucidar la guarda, un joven de 16 años le dijo que sería mejor que su padre no lo volviera a agredir porque “podría suceder una desgracia”.

“Me impresionó hondamente la expresión facial endurecida del joven; sus puños lucían crispados y denotaba impotencia y amargura, y con lo que me dijo me dio a entender que podría matar a su padre o matarse él”, precisó.

La jueza Romero invito a los adultos a procurar mantener una buena relación entre sí para brindar a sus hijos seguridad y confianza en ellos mismos y hacerles saber que si sus padres tienen diferencias esto no es culpa suya.