La tierra que curtía paredes y pisos fue arrancada a pura presión de agua, aunque hubo lugares en el que el trabajo se hizo a mano.

Del 7 al 13 de febrero, una cuadrilla de ocho trabajadores de la empresa contratada higienizó el edificio usando una máquina a presión de agua para descurtir pisos y paredes externas, mientras que en las áreas interiores las labores se realizaron de forma manual.

Erick Gutiérrez, responsable de servicios generales de la Administración del Complejo Judicial, indicó que los trabajos de limpieza costaron 120 mil córdobas. El funcionario llamó a usuarios y trabajadores a cuidar el edificio para preservarlo limpio por el mayor tiempo posible.

“El año pasado no pudimos hacer este trabajo de aseo por falta de fondos, ahora que lo conseguimos vamos a instalar rótulos para hacer conciencia entre los visitantes a fin de que lo cuiden”, expresó el funcionario.

 

La limpieza de las oficinas y despachos judiciales iniciaba hasta que los trabajadores del Tribunal terminaban la jornada laboral.

Durante la jornada realizada de tres de la tarde a diez de la noche los días de semana y de nueve de la mañana a cuatro de la tarde el sábado y domingo, los operarios de limpieza descurtieron paredes, pisos,  baños, lavamanos y demás.

Cero químicos
Aquí usamos una máquina de 4,000 libras de presión de agua por pulgada o PSI, que es la medida de la fuerza del agua cuando choca contra el concreto, explicó Marvin Solís Gros, responsable del equipo de limpieza.

Dado que en las áreas exteriores había que arrancar tierra no necesitaron usar químicos o desengrasantes, sino agua, con lo cual preservaron el medio ambiente, la salud y seguridad de visitantes y trabajadores. En cambio, en las áreas interiores aplicaron jabón y desinfectante.

De esta manera, paredes, pasillos, ventanas, baños y demás quedaron blanqueados y esterilizados, de manera que parece que todo el Tribunal se acaba de instalar.