La administradora y la coordinadora del Tribunal de Familia, licenciada Ana Julia Rodríguez (izquierda) y doctora Silvia Castillo Salaverry, graficaron de manera contundente cómo hacer sentir mal a una persona que pide ser escuchada.

Las gestoras del taller, Silvia Elena Taleno Oporta y María Auxiliadora Castro Sánchez valoraron que, en términos generales, se alcanzaron los objetivos trazados por cuanto la participación entusiasta y respetuosa de la mayoría de los grupos se tradujo en un ejercicio de reflexión acerca de la responsabilidad del servidor público con su persona y los usuarios.

“Me sentí como loco”, respondió el responsable de Adquisiciones del Tribunal de Familia, licenciado Carlos Hernández Luna, cuando la sicóloga María Auxiliadora Castro Sánchez le preguntó cómo se sintió cuando le contó a una compañera de trabajo “algo muy importante” que le había ocurrido, pero su interlocutora ni siquiera lo determinó.

Y es que ese fue uno de los ejercicios que la sicóloga Castro Sánchez puso en práctica para ilustrar a los servidores públicos, el sentimiento que despierta en un usuario el comportamiento mal educado e irrespetuoso de alguien que ignora a otra persona cuando acude a una institución y pide ser escuchada.

Interés manifiesto

Ojos cerrados, respiración pausada y la transportación imaginaria hacia un lugar maravilloso a bordo de una burbuja, fue el ejercicio que desestresó grandemente a los trabajadores.

Amanda Sofía Camacho Sandoval, asistente del Juzgado Noveno de Distrito de Familia y quien aún no ha recibido el taller, dijo que está muy interesada en recibirlo por cuanto le han hablado de las técnicas que los trabajadores pueden practicar para no tensionarse.

“Las sicólogas orientan sobre la importancia de la relajación y nos ayudan a no ver el trabajo como una carga; también dicen que están elaborando estadísticas que presentarán a la Corte Suprema de Justicia para que los magistrados conozcan los niveles de estrés  que los trabajadores tenemos”, indicó la asistente de despacho.

Recordó que aunque se anotó para recibir el taller, el día que le tocaba asistir no lo hizo debido a que por la carga de trabajo olvidó la fecha y siguió laborando como de costumbre.

“Me gustaría recibir talleres como ese al menos dos veces al año;  como asistentes asumimos una gran carga de trabajo porque debemos proyectar sentencias, recibir escritos y cédulas, buscarlos y ubicarlos en el expediente, seleccionar los que ameritan atención urgente, definir qué asunto mandar a tramitación, entre otras cosas”, señaló.

Actitud positiva

La exposición de las sicólogas atrapó la atención de los grupos participantes en el taller.

“Asumieron el taller con actitud positiva y reforzaron su convicción sobre la importancia de entablar buenas relaciones en la familia y en el trabajo, porque cada persona refleja en el trabajo la calidad de relaciones que mantiene en su hogar”, explicaron las expertas en sicología.

Taleno y Castro indicaron que los ejercicios que pusieron en práctica con los grupos de trabajo no son más que herramientas de vida para cimentar conductas que ayudarán a sobre llevar el día a día.

Ver a las personas a los ojos cuando nos comunicamos, escuchar y sugerir formas de solucionar problemas y erradicar comentarios maliciosos de nuestra vida cotidiana son parte de las conductas que debemos cultivar día a día para una convivencia sana”, señalaron.

La jornada se llevó a cabo en sesiones de dos horas y se organizó por iniciativa del sindicato y la oficina de Coordinación general del Tribunal de Familia, con la aprobación del presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, Gerardo Rodríguez Olivas.