Notas de Prensa

Mandan a poner bozales a perros al concluir juicio de divorcio unilateral

jueves, 01 de noviembre de 2018


Escrito por Janelys Del Socorro Carrillo Barrios

* Jueza de Familia también ordenó a ex pareja asistir a la Escuela de Valores para Padres/Madres del MIFAN de su distrito por espacio de tres meses.

La orden de enmascarar dos perros para preservar la integridad de un niño y una niña y atención sicológica urgente para esta última, figuran entre las medidas de protección  dictadas al final de un juicio de divorcio unilateral, en el que para pedir el cuido y crianza para sí, el demandante usó como argumento el riesgo que los menores corren viviendo al lado de su madre y de los peligrosos canes.

El reconocimiento judicial que la jueza María de los Ángeles Soza realizó el 23 de julio, sirvió para ordenar medidas de protección para los niños y terapia por tres meses para la familia en la Escuela para Padres

La demanda de disolución del vínculo matrimonial por voluntad de una de las partes (divorcio unilateral), la interpuso I.B.M.M. de 26 años, contra A.A.F.V. de profesión médica, quien al ser notificada del proceso contrademandó al padre de sus hijos, con el fin de seguir ejerciendo el cuido y crianza de los menores de edad.

En su defensa, la madre de los niños dijo que los perros se mantienen en el patio de la casa, área a la que se tiene acceso por dos puertas que están protegidas con barandas de madera.

La tramitación del proceso se realizó entre finales de mayo y finales de septiembre de este año, tiempo en el que la jueza Noveno de Distrito de Familia, doctora María de los Ángeles Soza, descubrió que si bien los señalamientos de las partes eran de cuidado, la afectación psicológica del núcleo familiar ameritaba aún más la toma de medidas inmediatas.

De acuerdo con el informe de la psicóloga Luisa Noemí Tellería Labarca, del Consejo Técnico Asesor, “ésta familia es disfuncional” pues existe desorganización, de forma que no se reconocen las responsabilidades individuales y personales”, además que los problemas de las partes a partir la separación se le han trasladado a la niña, por lo que recomendó terapia psicológica para ella, a fin de que aprenda a manejar sus emociones y sentimientos.

Depresión infantil
En consonancia con los Códigos de Familia y de la Niñez y Adolescencia, la judicial tomó en cuenta los sentimientos de la niña, que a través de entrevista psicológica expresó tener necesidad de protección, de saber y entender lo que está pasando a su alrededor, lo que le ocultan, además de mostrar ansiedad por la separación de los padres y deseo de encontrar el equilibrio entre ella y el mundo que le rodea.

El estudio también la encontró depresiva, con percepción de abandono, inquieta y confundida, emotiva y pasiva-agresiva, exteriorizando sus sentimientos con mucha agitación.

La psicóloga sugirió que los progenitores sean más cuidadosos de sus hijos, para que estos no se sientan desatendidos y recomendó que los padres asistan a la Escuela de Valores, del programa que imparte del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez y eviten contaminar a sus hijos con los problemas de adultos.

En el proceso se estableció que si para I.B.M.M. la presencia de los perros junto a sus hijos representa un riesgo, en el domicilio donde él vive “existe un doble riesgo”, pues de acuerdo al estudio realizado por Claritza Álvarez Huete, trabajadora social del Consejo Técnico Asesor, el ambiente es “vulnerable y no apto para el desarrollo integral de un menor de edad”.

Por una parte existe un riesgo latente e inseguridad, en un perímetro donde se consume y comercializan bebidas alcohólicas y por otra parte existe una incidencia directa en el desarrollo psicosocial, visto esto como factor de influencia en el crecimiento de la niña y el niño, dado que quien atiende el negocio es la abuela paterna, “lo que conlleva a no tener el tiempo necesario para el cuido de un niño de dos años y una niña de seis”, consigna el fallo.

Aunque la literatura canina dice que correctamente socializado un ejemplar de rottweiler puede ser un amigo fiel y “tremendamente cariñoso”, la autoridad judicial mandó a sustituir las barandas por verjas de hierro para garantizar la seguridad de los niños La presencia de estos canes fue el argumento del demandante para pedir el cuido y crianza de los niños para él y una pensión alimenticia del 50% de los ingresos mensuales de su ex esposa

Fue así que los hallazgos del estudio social fueron tomados en cuenta para descartar la posibilidad de otorgar el cuido y crianza al padre de los niños, dado que de llegar a ostentarlo se auxiliaría de su mamá para atenderlos, debido a que él labora como vendedor de una cervecería.

El padre de los niños también alegó que la niña presenta lesiones producto del descuido de la madre, sin embargo, el dictamen médico legal extendido por el Instituto de Medicina Legal de la Corte Suprema desestimó tal señalamiento.

“No se demostró que los dos caninos tuviesen antecedentes agresivos contra un miembro de la familia o vecinos de la señora A.A.F.V. por ello, a fin de garantizar protección a la hija e hijo de ambas partes, (la mamá) debe instalar verjas de hierro y ponerle bozales a los dos canes para una mayor seguridad y protección”, ordenó la jueza Soza.

Tras el reconocimiento judicial efectuado al entorno en que los niños se desenvuelven, la jueza Soza decidió delegar el cuido y crianza de la niña y el niño a su madre, ya que si bien también existe un pequeño negocio de bisuterías, ella es la que se dedica personalmente a su cuido y atención, inclusive, llevándolos y trayéndolos al y desde el colegio.

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