“Cuando papá y mamá actúan con plena madurez; se comunican las decisiones que toman y anteponen los intereses de sus hijos a los suyos, siempre los primeros beneficiados son sus vástagos”, dijo la judicial.

 

En este proceso, las representaciones de demandante, demandada y de la hija mayor del matrimonio, que intervino como “litis consorte”, estuvieron a cargo de las defensoras públicas Giovania Torres, Fátima Espinoza Murillo y Nereyda Castillo Zamora, respectivamente.

 

La formalización del divorcio en la vía judicial, se produjo después de diez años de separación física efectiva, originalmente debida a que la madre emigró por razones de índole económica, dejando a sus dos hijos con el padre y la abuelita paterna.

 

Conmovido hasta las lágrimas, don Bernardo Vílchez Membreño aseguró que durante estos diez años al cuidado de sus hijos, ha atravesado momentos duros como cuando sufrió un accidente laboral y no podía llevar el alimento al hogar.

 

“Mis hijos y mis padres son lo más lindo y maravilloso que Dios me ha regalado; he sido padre y madre y soy consciente de la importancia del papel que debo desempeñar, como complemento del que desempeña la madre”, sostuvo.

 

Padre luchador

Don Bernardo relató que para estar cerca de sus hijos, tiempo atrás puso una venta en su casa y así conseguía recursos para su manutención. Aunque también estuvo un tiempo sin trabajo, lo asumió como una prueba y salió adelante, aprendiendo oficios como soldadura, albañilería y fontanería, con tal de que a su familia no le hiciera falta el alimento.

 

El padre aseguró que a pesar de la ausencia de la mamá de sus hijos, se ha esforzado para que la comunicación entre ellos sea el pan de cada día, algo que su hija mayor confirmó, no sin reconocer que la separación física de su progenitora les afecta, aunque al menos diariamente se llaman por teléfono.

 

Don Bernardo reconoció que desde su partida, la madre de sus hijos ha sido en extremo responsable con el envío de dinero (300 dólares mensuales en promedio), más encomiendas conteniendo ropa, zapatos, medicinas y útiles escolares.

 

De acuerdo con la resolución, ese estado de cosas se mantendrá a partir del 15 de junio, con la diferencia que de ahora en adelante, esta y las otras decisiones como el cuido y crianza del menor de edad a favor del padre, quedan oficialmente validadas por la autoridad judicial que decretó el divorcio de la pareja.

 

Si bien es cierto no precisa los detalles de la reunión familiar que sus padres celebraron  años atrás, porque entonces solo tenía 9 años, Sheccid Rowainne recordó que ese día su mamá le dijo a ella y su hermano que se iría a trabajar a Estados Unidos para prodigarles un mejor nivel de vida.

 

La joven confió que asimilar la separación de su progenitora por tantos años les ha costado a todos, pero aseguró que el permanecer comunicados y solidarios entre sí, más compartir el cristianismo en sus vidas, los ha unido más.