Escrito por Janelys Del Socorro Carrillo Barrios
* Juzgados octavo y décimo cuarto de distrito de familia tramitaron demandas de cuido y crianza interpuestos por los papás contra la mamá que trabaja en Costa Rica.
La determinación con que dos hombres actuaron al enterarse de que sus hijos habían sido llevados ilegalmente a Costa Rica por la mujer con la que convivieron en distintos momentos de sus vidas, puso de manifiesto cuán alto habló su amor y responsabilidad como padres en pro del interés superior de su prole.
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| La jueza Karen Idania Hernández Hernández (centro) escuchó el testimonio del padre del niño de ocho años, quien narró que antes de irse a Costa Rica la mamá se lo entregó a la abuelita paterna. |
Lo ocurrido con una niña de tres años y un niño de ocho (medio hermanos entre sí), se conoció en el Tribunal de Familia de Managua, donde los juzgados octavo y décimo cuarto de distrito de Familia tramitaron las demandas de los progenitores contra la mamá, por el cuido y crianza de los hijos que procrearon con ella.
Iniciaba el año 2019 cuando uno de los papás (de oficio mecánico) fue informado de que, sin su consentimiento, su hija de tres años había sido llevada a la vecina del sur, por quien tiempo atrás fue su compañera de vida. “No necesito tu permiso, porque para eso soy su madre”, le dijo la mujer por el teléfono celular, cuándo él le reclamó por la sustracción de la infante.
Enterado de que su hijo de ocho años también había sido sustraído por su ex compañera, (madre de la niña de tres años), el otro papá se contactó con el joven mecánico y haciendo causa común se trasladaron a Costa Rica para recuperar a sus hijos.
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Los test que la psicóloga aplicó a la niña establecieron que su estado físico y emocional es óptimo, gracias a los cuidados que recibe de la familia paterna.
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De previo, ambos papás habían tramitado sus documentos migratorios, al tiempo que mediante las redes sociales contactaron a la ex pareja del hombre con quien la presunta sustractora convive ahora, y lograron conocer donde la podían ubicar con los niños.
Antes de presentarse ante la mamá de los niños, los papás habían expuesto la situación en el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) de ese país, donde les dijeron que desarrollar la investigación se llevaría un tiempo. Temiendo que se llevara a los niños a otro lugar al saber que la investigaban, fueron directo a un centro comercial donde según sus averiguaciones ella permanecía con el niño y la niña.
Movilización rindió frutos
“Lo que nos dijeron en el PANI me angustió, porque sólo imaginé que ella se volvería a llevar a mi niña y si la perdía de vista difícilmente volvería a encontrarla; por eso de previo contacté al hermano de un cuñado que vive en ese país, para que consiguiera un vehículo y nos movilizara rápidamente”, narró el joven.
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| La testigo del demandante (de espaldas), aseguró a la defensora pública Fernanda García, que la mamá de la niña no aporta para su manutención ni la llama por teléfono. |
Frente a frente, los padres persuadieron a la mamá de los niños de que si los entregaba ellos se comprometían a permitirle que los tuviera seis meses a su cuidado, pues si no lo hacía al siguiente día iniciaría la investigación que determinaría que ella los sustrajo de Nicaragua y los ingresó a Costa Rica de forma irregular.
La nueva pareja de la presunta sustractora reforzó su posición y finalmente, mediante un acuerdo por escrito, la mujer entregó al niño y la niña a sus respectivos padres. Como ya era muy tarde, padres e hijos volvieron a Nicaragua por puntos ciegos, en la frontera dejaron a los niños con sus familiares y ellos regresaron a Costa Rica para tramitar su retorno de forma legal.
Este ocho de octubre, la jueza décimo cuarto de distrito de Familia, doctora Karen Idania Hernández Hernández, otorgó el cuido y crianza de la niña de tres años a su progenitor, luego que la defensora pública Nereyda Zamora demostró que su representado es idóneo para ejercerlo, porque además de que satisface todas sus necesidades, la niña cursa el primer nivel del preescolar y ha creado un fuerte vínculo con la familia paterna y su medio hermano.
En el informe psicológico presentado a la judicial, la licenciada Luz Haydée Herrera Vásquez aseguró que al examinar a la niña no encontró evidencia de riesgo alguno, mientras que el padre presenta criterios de idoneidad, madurez y estabilidad emocional, seguridad y confianza personal que lo hacen apto para seguir ejerciendo el cuido y crianza de su hija.
En tanto, en calidad de guardadora de la mamá de los niños, la defensora pública Fernanda García solicitó a la jueza Hernández Hernández que permita la comunicación abierta de la niña con su progenitora en la época que pueda visitar Nicaragua y que establezca una pensión de alimentos del 17.5 por ciento de sus ingresos, ya que su otro hijo de ocho años también recibe una pensión por el mismo monto.
