Dra. Xiomara Narváez Toruño, jueza Quinto de Familia de Managua.

En ese contexto, cuando la autoridad judicial instruye a la sicóloga que “intervenga” a un niño o niña, el fin es introducir en el procedimiento la opinión, percepción, posición y emoción o sentimientos del niño, niña o adolescente sobre la cuestión que debe resolverse en un asunto de Familia”, explicó la jueza Quinto de Familia, doctora Elba Xiomara Narváez Toruño.

Oír para decidir
“Se puede escuchar a un niño de uno a siete años a través de técnicas, juegos y test sicológicos. La especialista conoce lo que el niño, niña o adolescente siente y quiere. Esto contribuye a una mejor toma de decisión por parte de la autoridad judicial, aunque no significa necesariamente, que resuelva con base a lo que el menor expresó”, dijo la judicial.

“Existe legislación comparada por la cual una sentencia se ha dejado sin efecto por no haberse escuchado al menor”, advirtió la jueza Quinto de Familia de Managua.

La sicóloga Silva Taleno Oporta, una de las tres expertas de este Complejo Judicial, indicó que en promedio semanal realiza quince entrevistas a menores y se ocupa, especialmente, de que “la intervención se efectúe de acuerdo con su edad y madurez.¨

Las especialistas también asesoran a la autoridad judicial sobre cómo abordar a los hijos o sus padres, para que se decida lo que más convenga en pro del interés superior de los menores.

En un contexto de conflicto familiar en el que hay menores involucrados en juicios de guarda, relación padre, madre e hijos, pensión de alimentos, adopción, entre otros, las entrevistas efectuadas por las sicólogas pueden realizarse dentro o fuera de una audiencia especial con el juez o la jueza.

Estas son diligencias dirigidas a garantizar el interés superior de niños, niñas y adolescentes y su derecho a ser oídos, según mandatan las leyes y convenciones nacionales e internacionales que velan por su bienestar y protección.
“Técnicas de intervención”

Las sicólogas propician “técnicas de intervención” como dibujos, juegos y/o juguetes, para facilitar a la autoridad judicial una relación de empatía con el niño o la niña.

Taleno Oporta apuntó que a lo largo de su carrera ha realizado evaluaciones sicológicas de niños desde un año y medio de edad, “pues valoramos su nivel de desarrollo de acuerdo con la etapa en que se encuentran, y cómo los padres estimulan este desarrollo”.

Agregó que desde el momento en que un niño habla, puede expresar lo que siente según su madurez emocional y en un contexto de separación (de los padres) “valoramos qué nivel de vulnerabilidad tiene para poder afrontar lo que pasa en su familia. Los niños tienen voz”, señaló.

En el Tribunal de Familia, sicólogas y administradores de justicia elaboran estrategias de intervención acordes al niño o niña y cuidan especialmente que no sean revictimizados. Por eso, al ordenar una audiencia especial con los niños, la presencia de la especialista en sicología en fundamental.

Asimismo, se vela porque al momento de la entrevista con la jueza la condición sico-emocional del menor sea estable y que hayan condiciones ambientales favorables para obtener la información que se requiere, sin causarle afectación emocional.