Los estudios indican que para la mujer, el bienestar de sus hijos está por encima del suyo y eso también da lugar a la migración que desencadena la irresponsabilidad paterna, entre otros fenómenos.

Las propuestas están contenidas en la tesis “Discurso jurídico sobre la Familia en el contexto internacional y nacional. Un análisis de género”, que la judicial presentó al final del Magister con enfoque de género y desarrollo humano, impartido por la Corte Suprema de Justicia a jueces de Familia y Violencia.

La doctora Rivera Zamora, jueza Tercero de Distrito de Familia de Managua, realizó la investigación con el objetivo de analizar la institución familiar de Nicaragua en el contexto jurídico nacional e internacional, sobre la base de las relaciones de género.

Para ello describió el marco jurídico y valoró cómo a lo interno, el Estado de Nicaragua ha aplicado las normas internacionales protectoras de la familia, en particular sobre la violencia intrafamiliar, los derechos de la niñez, derechos y responsabilidades parentales y el acceso de sus miembros a los bienes y recursos.

Aciertos y desaciertos
La monografía destaca que en el ranking mundial, Nicaragua es el único país de América Latina y el Caribe entre los primeros diez en establecer la igualdad de género siendo el que más ha avanzado en reducir las disparidades en el orden económico, educativo, sanitario y de participación política.

Reconoce que la política de género del gobierno de Nicaragua, que
los ministerios, instituciones y gobiernos locales del Estado también desarrollan, expresan el compromiso de Nicaragua de eliminar toda forma de discriminación y violencia contra la mujer, expresada en la aprobación de la Ley 779.

Abortó terapéutico
Sin embargo, también propone que “como Estado parte de las Convenciones de la CEDAW y Belem Do Pará, Nicaragua debe realizar una amplia consulta con todos los sectores sociales y mujeres, en particular sobre la despenalización del aborto terapéutico”.

Aseguró que ello debería ocurrir considerando “los derechos humanos de las mujeres y no principios de orden religioso” y agrega que “negar el derecho a la salud, a la vida, e imponer una maternidad forzada, contraria a indicaciones médicas y producto de la violencia sexual ejercida contra una mujer, constituye un acto de violencia y un trato cruel inhumano y degradante” en su contra.

Al radiografiar la situación de la familia nicaragüense, la doctora Rivera menciona datos del Banco Central de Nicaragua e investigaciones regionales, que consignan que más del 50% de la población se encuentra subempleada y que según una encuesta, para la mujer sus hijos y su vida familiar son relevantes, lo cual explicaría el fenómeno de la migración.

Más de la mitad de hombres que rompen su relación de pareja opinan que los hijos deben quedarle a la madre.

La significativa incidencia de la migración de compatriotas (800,000 nicaragüenses), que por razones laborales se han ido a Costa Rica, Estados Unidos, El Salvador y España, dan lugar a la desintegración de la familia y la irresponsabilidad paterna, señala.

Según estudios del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, precisa la tesis, un 40% de hogares en Nicaragua son dirigidos por mujeres y una causa muy importante de la violencia de género está vinculada con la migración femenina.

Ello “afecta gravemente el desarrollo emocional, educativo e integral de la niñez”, sostiene, al precisar que ante una ruptura de pareja, un 66% de hombres consultados prefiere que los hijos queden con la madre, imposibilitando su desarrollo personal.