Aunque en el trámite de mediación con su padre Leslie Alberto Abea Noguera bajó el monto de su Pensión de Alimentos hasta el equivalente a 200 dólares, del valor original que eran casi 400, el demandado dijo a su hijo que sólo podía entregarle cien dólares.

La historia de Leslie Alberto es una, entre otras, que se ventilan en el Tribunal de Familia de Managua, donde los hijos demandan a sus padres o viceversa, como el caso de L.S.T.L, una mujer de 78 años que demandó por Pensión de Alimentos a su vástago de iniciales L.A.P.T, licenciado en mercadotecnia, de 61 años.

Pero el caso de Leslie Alberto desborda las fronteras del drama para convertirse en una lección de vida, con una increíble carga de coraje y autoestima, claridad y apropiación de sus derechos, confianza en la justicia y una inmensa dosis de amor a una persona incondicional: su madre.

El día que el muchacho demandó a su padre, llegó al Tribunal de Familia hecho un manojo de nervios. Pese a la imposibilidad de movilizarse por sí solo, entregó la documentación que él mismo preparó con la ayuda de un amigo abogado y aunque deseó haberse evitado ese paso, la actitud de su padre no le dejó otra opción, según narró.

Confianza
“Quiero que él se haga responsable. Que sepa que tener un hijo es ayudarlo, es (una responsabilidad) para toda la vida. Mi mamá respetó mi decisión de demandarlo, aunque me advirtió que un juicio es largo y complicado, pero sé que tengo todas las de ganar y siento que ahora la ley respalda más a la mujer y a las personas con capacidades diferentes”, sostuvo.

“Sé que estas cosas toman tiempo. Pero no importa, yo sigo esperando. Llevo seis meses (en el juicio), pero confío en la justicia. Siento que hay accesibilidad en el Tribunal y después de este paso, ahora hasta el final”, sostuvo.

Leslie recordó que su papá se desobligó de él cuando apenas tenía tres años y se divorció de su mamá. A los seis años empezó a presentar síntomas del mal que ahora ha progresado y a los doce ya se vio imposibilitado de caminar.

“Desde entonces mi madre es la que ha visto por mi. Ha sido todo para mí, la que ha estado conmigo cuantas veces la he necesitado. No puedo mover ni mis brazos ni mis piernas y ya me cuesta poner mi firma. El doctor manda que no fuerce los músculos porque empeoro”, dijo el joven.

Leslie Alberto ahora tiene 25 años y aunque asegura que el amor de su madre vale por el que su padre le ha negado por más de 20 años, comentó que si éste cambiara de actitud le gustaría ir al cine, comer con él o simplemente estar en su compañía.

Aunque desde los 17 años surgió la idea de hacer la demanda, finalmente se decidió en febrero “porque sentía que ya era hora, de que no solo mi mamá cargara con las responsabilidades y porque percibo que la enfermedad sigue avanzando”.

En el Tribunal de Familia de Managua las demandas de pensión de alimentos interpuestas por mujeres contra sus ex parejas son las que proliferan, con relación a las de madres contra hijos y viceversa e igualmente el Complejo Judicial las tramita y resuelve.

Aunque no hay un registro oficial que indique la incidencia de demandas de padres a hijos y viceversa, y menos de discapacitados impulsando demandas de Pensión de Alimentos, la licenciada Herenia Martínez Argüello, con seis años de experiencia en el servicio de Defensoría Pública, explicó que en ese tiempo ella ha impulsado unos diez juicios de ese tipo.

El defensor público, Alvaro Murillo Cruz, aseguró que él ha llevado unos diez casos de esta naturaleza, entre ellos el de un hombre de 40 años enfermo de insuficiencia renal crónica que fue diagnosticado con incapacidad laboral, por lo que demandó pensión de alimentos a su padre.