Depende de nosotros que las futuras generaciones vivan en un ambiente de no violencia y de cultura de paz, plantea la tesis de la jueza Sexto de Familia de Managua.

A esta conclusión llegó la jueza Sexto de Distrito de Familia de Managua, doctora Margarita Romero Silva, al culminar su tesis titulada “Juventud, masculinidad y el discurso de los derechos humanos”, en la que incluyó los resultados de una investigación realizada en el barrio San Judas del Distrito Tres de Managua.

El sondeo se llevó a cabo entre un grupo de quince jóvenes con edades entre 14 y 18 años, quienes manifestaron “sentirse excluidos del goce de los servicios sociales básicos; no tener oportunidades de empleo, ni acceso a una infraestructura social, deportiva, cultural y recreativa”, debido a los niveles de pobreza en que viven.

El estudio de la doctora Romero constituyó su trabajo de graduación del Magister "Derecho y desarrollo humano desde la perspectiva de género", promovido por la Corte Suprema de Justicia y auspiciado por la Cooperación Española con la participación del Instituto "Rey Juan Carlos" de Madrid, España.

En imperativo realizar investigaciones sobre las necesidades reales y concretas de los jóvenes, sobretodo en estado de pobreza, para crear políticas y planes para su atención particular, asegura la jueza Margarita Romero.

Reinventar derechos humanos
El objetivo principal de la tesis pretendía --desde la perspectiva de género-- analizar el rol que han jugado los Derechos Humanos entre los varones jóvenes de las clases populares, en la efectiva atención y protección de estos en el capitalismo.

La judicial plantea que el discurso de los Derechos Humanos se ha quedado corto y legitima los atropellos por parte de las instancias de poder hacia jóvenes en estado de pobreza, por lo que en el contexto de la globalización, su reinvención para transformarse en un instrumento de liberación constituye todo un reto.

Reconoce que desde que en Nicaragua el gobierno sandinista retomó el poder en 2007, desplegó su posición anti neoliberal en pro de reivindicar los derechos de los nicaragüenses, sobre todo de los sectores más vulnerables mediante programas sociales y económicos por los cuales ha sido reconocido internacionalmente,
Refiere la creación del programa Juventud, Empleo y Migración en once municipios, para desarrollar las habilidades y destrezas en diverso ámbitos, de 5,955 jóvenes en situación de riesgo social.

Masculinidad mal entendida
No obstante, precisa que los varones mueren en gran medida por reproducir comportamientos socialmente aceptados e incluso promovidos, y sostiene que la consumación de una masculinidad hegemónica que implica que ser varón significa asumir roles activos asentados en el consumo y la violencia, llevan a los jóvenes al camino de la confusión y la frustración personal.

Para ilustrar esta realidad, cita las cifras del Informe regional de desarrollo humano 2013-2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que establecen que la mayor cantidad de homicidios se concentra en la población masculina joven.

Doctora Margarita Romero Silva, jueza Sexto de Familia de Managua.

Plantea que en la Nicaragua de ahora, la máxima social de que la familia constituye la unidad básica de la sociedad ha recobrado su valor socio político y cultural y la nueva política de Estado  le da mayor atención a la familia y sobre todo a los jóvenes mediante su protagonismo mediante programas sociales en la que se destacan políticas públicas de género.

A pesar de los esfuerzos institucionales la juventud es la más vulnerable, sufre marginación y violación de sus Derechos Humanos lo que a su vez desemboca y manifiesta de manera negativa con el surgimiento de grupos de jóvenes en riesgo, aduce la tesis.