“El  bullying  se da en todas partes. Donde uno de nosotros siente ese tipo de acoso, de maltrato, ahí estamos viviendo bullying”, explicó Castro, en una de las charlas mensuales que el juzgado Penal de Adolescentes de Granada imparte a los jóvenes transgresores. 

Durante la charla los adolescentes explicaron con sus propias palabras lo que ellos consideraban bullying y expresaron que uno de los obstáculos que más enfrentan es cuando sus padres no les creen. “Es triste porque uno se siente solo”, dijo un adolescente.

“No hay que aislar a un muchacho porque sea feo, gordo, flaco, hay que ayudarlo a que avance”, agregó otro adolescente.

La licenciada Castro, integrante del equipo interdisciplinario del juzgado, explicó a los adolescentes que en el bullying siempre hay un agresor y una persona que recíbela agresión. El agresor puede ser una persona contra una sola persona o de un grupo de niños; o adolescentes contra un solo niño, en  el caso de la escuela.

“El bullying tiene diversos tipos de expresarse como: bromas pesadas, insultos, menosprecio en público, ataques personales y ataques físicos, entre otros”, dijo la licenciada Castro.

En este tipo de agresión lo principal no es la acción del ataque en sí, sino los efectos, el daño que provoca en la victima. Esta empieza a sentir el acoso cuando llega a la escuela, al trabajo. Con miedo, ansioso, comienza a tener fracasos en la escuela, en la universidad, en el trabajo. Mantiene unos niveles de ansiedad muy altos al saber que sus compañeros de clases o colegas lo vulgarean, boicotean su trabajo; piensa que le van a echar a perder su trabajo o van a borrar la información en su computadora”, agregó Castro.

Explicó que la tecnología ha ayudado a diversificar estos tipos de acosos, integrándose hoy en día el Cyber Bullying con agresiones en páginas de facebook, blogs y  los foto blogs.

“Con este tipo de acoso ya no es necesario tener a la víctima de frente. La computadora y el celular se vuelven un buen recurso para seguir el hostigamiento a cualquier hora del día”, explicó la experta.
Agregó que como parte del acoso “pueden hacer fotomontajes que construyen en páginas web para burlarse, mandar mensajes de texto para insultar, arman peleas por el chat, etcétera”, dijo Castro.

“Por eso ya cerré mi facebook, porque ahora que yo ya cumplí mi pena y volví a revisarlo, sólo me decían bascosidades. Todo el tiempo que estuve preso solo ofensas me ponían, comentarios egoístas y yo ya dejé todo eso atrás”, afirmó uno de los adolescentes quien recién  cumplió su pena. 

Castro afirmó que con ese tipo de comentarios los agresores sólo buscan cómo mermar la autoestima de la víctima, debido a que las persistentes ofensas terminan convenciendo al que las recide que en realidad es merecedora de esos comentarios, por su apariencia física o  aspecto personales.

“La autoestima se baja porque la persona se siente que no vale nada. Hay gente que tiene cuadros depresivos fuertes y tienen que llegar a manos de sicólogos o siquiatras para poder levantar esa autoestima. Hay algunos adolescentes que han sido blanco de este tipo de acoso, que han terminado en intento de suicidio”, agregó Castro.

La sicóloga aconsejó a los adolescentes hablar del problema, porque muchas veces las víctimas se callan. Sugirió que deben contarlo, ya sea verbalmente o a través de una carta que le den a un adulto de su confianza, en caso que sus padres no los ayuden.

“Jamás deben sentirse culpables por los ataques, porque en realidad no podemos hacer mucho por cambiar nuestros defectos físicos o diferencias culturales. Más bien la víctima no es el problema, el problema  es quien agrede”, finalizó la licenciada Castro.