El presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, doctor Gerardo Rodríguez Olivas, reiteró a los operadores de justicia que la prioridad sigue siendo el Tribunal de Familia.

Al encuentro asistió el presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, doctor Gerardo Rodríguez Olivas; la coordinadora general del Complejo Judicial de Familia, Silvia Castillo Salaverry y la directora de la Unidad de Familia de la Defensoría Pública, doctora Verónica Castro.

Las juezas Margarita Romero Silva, María José Arauz Henríquez y Karen Gutiérrez Rivas y los jueces José Ramón Barberena y Luis Miguel Benavidez, hicieron sus señalamientos a partir de actuaciones observadas en los juicios que llevan los defensores en sus judicaturas.

Redacción inapropiada de las demandas; aparente desconocimiento de los procedimientos; acciones procesales inadecuadas, falta de información y comunicación del defensor público con el usuario; escasa o inexistente aportación de pruebas, e incomparecencia a los llamados para aceptar el cargo de guardador, entre otras, fueron situaciones expuestas por el colectivo de jueces de Familia.

La doctora Ibarra Rivera tomó nota de los señalamientos de los administradores de justicia y tras asegurar que buscará alternativas de solución, sostuvo que revisará expediente por expediente “para ver cuáles son las deficiencias” que se presentan.

Demanda rebasa a defensores
Analizó que la carga de trabajo que los operadores de la Defensoría de Familia llevan sobre sí es voluminosa, sin embargo, manifestó que se esfuerzan por representar bien a sus usuarios y usuarias.

No descartó que parte de las quejas que los usuarios externan podría deberse a su impaciencia por ver resuelto su juicio en el menor tiempo posible así como a la falta de conocimiento acerca de cómo se lleva el proceso.

“Hay defensores que llevan hasta 400 expedientes de Familia y aunque llegan a trabajar desde las siete de la mañana, a esa hora ya la fila que espera ser atendida tiene una cuadra de largo; en la Defensoría llevamos el 71 por ciento de la carga que entra a los Juzgados de Familia”, explicó la doctora Ibarra Rivera.

Autoestudiar y mejorar actitudes
El presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, sugirió a la doctora Ibarra Rivera que los defensores públicos retomen el autoestudio y la actualización constante, porque “de nada sirve impartir tantos cursos” si no se interesan por mejorar sus capacidades.

 

El 70 por ciento de las demandas que ingresan al Tribunal de Familia de Managua se impulsan desde la Defensoría de Familia, dijo la directora de la Defensoría Pública, doctora Clarisa Ibarra Rivera.

“Creo que deben revisarse esas deficiencias; (pero también) hay que mejorar actitudes y ser más enérgicos en la disciplina”, advirtió el doctor Rodríguez Olivas, al reiterar que como presidente de Apelaciones su prioridad y la del Consejo de Administración y Carrera Judicial es el Tribunal de Familia de Managua.

El magistrado Rodríguez Olivas también sugirió que para desahogar el trabajo podría reforzar la Unidad de Familia con defensores que no tienen una carga significativa en otras partes y crear una unidad de guardadores ad littem.

La doctora Ibarra Rivera indicó que la Defensoría Pública ya trabaja en ese sentido y valora la viabilidad de crear además de esa estructura, una Unidad de Alimentos y otra de Disolución del vínculo matrimonial que son las demandas más frecuentes que la institución lleva.

De acuerdo con la doctora Ibarra Rivera, en la Defensoría de Familia diariamente se atienden 400 personas con un personal de 18 defensores públicos.

La sesión de trabajo se realizó la mañana del 10 de septiembre en el Complejo Judicial Central Managua.