Licenciada Silvia Taleno Oporta, sicóloga del equipo.

Carolina Téllez García y Daniela Obando Mendoza, estudiantes de quinto año de Derecho de la UNAN-Managua, culminaron la fase investigativa de su monografía en este complejo judicial en  septiembre pasado, mientras que en Carazo lo hicieron en mayo.

Las jóvenes aseguraron que en ambas casas de justicia recibieron  apoyo de parte de jueces, trabajadores sociales y sicólogas, con quienes se entrevistaron para acopiar la información requerida y despejar las inquietudes que se les presentaron.

Apreciaron que el Tribunal de Familia les brindó las condiciones necesarias para entrevistar a los funcionarios en un ambiente de privacidad, pero además enfatizaron en que el trato recibido fue gratificante.

Las futuras abogadas titularon su investigación “Estudio comparativo de los principios especiales del proceso de Familia referido a la intervención de los menores en los juicios de guarda y tutela en el Juzgado de Familia de Jinotepe y el Juzgado Séptimo de Distrito de Familia de Managua”.

El juez Séptimo de Distrito de Familia de Managua, doctor Luis Miguel Benavides Cruz y las licenciadas María Lourdes Medina Manzanares y Silvia Elena Taleno Oporta, trabajadora social y sicóloga, respectivamente, fueron los funcionarios que en sesiones separadas respondieron a las preguntas de las universitarias.

Primeros resultados
Refirieron que entre las diferencias detectadas en los procedimientos encontraron que en Managua el contenido de las entrevistas que se consignan en el expediente está disponible al público desde que es ingresado al Sistema Nicarao mientras que en Jinotepe esto ocurre hasta que el juez ha dictado sentencia.

 

El juez Luis Miguel Benavides evacuó las inquietudes que le plantearon las estudiantes de Derecho de la UNAN Managua, Carolina Téllez García y Daniela Obando Mendoza.

“El juez nos dijo que por el interés superior del niño y para evitar que los padres tomen represalias con él por lo que puedan haber dicho durante la entrevista, esas pruebas son exclusivas”, indicaron.

Observaron que en el Juzgado Séptimo la mediación se da tras la contestación de la demanda y es hasta en el periodo de prueba que se ordena la valoración de los niños.

“En Jinotepe, sólo que el niño no pueda expresarse el juez se auxilia con la sicóloga durante la audiencia especial, aunque después siempre lo remite con la especialista; aquí (en Managua) el judicial se hace acompañar por la sicóloga”, agregaron.

En todos los casos, se garantizó a las jóvenes que todas las actuaciones persiguen proteger el interés superior de niños, niñas y adolescentes, como refirió la sicóloga Taleno Oporta.

Explicó que la valoración de los niños es clave para la evaluación que la sicóloga realiza, porque, por ejemplo, el hecho de que un menor de 18 meses de edad no articule al menos 30 palabras, es indicativo de que hay problemas en la familia.

Apuntó que como equipo multidisciplinario, trabajadora social y sicóloga estudian el contexto socio familiar, la forma en que los padres se relacionan con sus hijos, el comportamiento de estos en la escuela y con sus compañeros, entre otras cosas.