Magistrado de la CSJ, doctor Francisco Rosales Argüello.

El magistrado Coordinador de la Circunscripción Oriental (Masaya-Carazo), aseguró que “el nuevo Código de Procedimiento Civil de la República de Nicaragua es garantista de los derechos objetivos y sustantivos de los nicaragüenses”.

¨El nuevo código es el instrumento por el que se viabilizan los derechos objetivos y sustantivos que se encuentran en esa norma objetiva que constituyen el Derecho Común¨, señaló el magistrado.

“Hoy nos encontramos frente a un nuevo protocolo de presentación de la prueba que consiste en el intercambio de ésta; anunciándola y asegurándola en el libelo de la demanda, de lo contrario nos tocaría invocar y demostrar la prueba sobrevenida para que pueda ser admitida¨, dijo el doctor Rosales Argüello.  

¨Este nuevo Código de Procedimiento Civil con la oralidad y la simplificación de los procedimientos persiguen terminar con la mora judicial, generada tanto por el judicial como por el mismo abogado litigante¨, manifestó.  

El doctor Rosales Argüello hizo énfasis en los obstáculos que se presentarán con la implementación del nuevo Código de Procedimiento Civil, señalando como uno de los principales la poca preparación que existe en la oralidad.

¨Uno de los primeros obstáculos es que no estamos preparados para la oralidad y eso lo vemos en lo penal, en lo laboral, en familia y en el contencioso administrativo. No hay la experiencia. No tenemos los años que se requieren para la oralidad y este es un trabajo de formación permanente y continua¨ aseguró el funcionario judicial.

El doctor Rosales Argüello enfatizó en la importancia que tiene la prueba y el nuevo significado que tiene en los procesos orales. ¨La valoración de la prueba hoy en la oralidad tiene otro significado. Hay muchos que saben escribir muy bien, pero a la hora de hablar no estructuran su pensamiento; y la prueba, cualquiera que ésta sea, al momento del juicio hay que hacerla hablar¨, destacó el magistrado.

“Tenemos un reto y el mayor reto es la educación nuestra, de los litigantes y de la sociedad entera. Sin educación no hay nada. La educación es la base del desarrollo¨, finalizó el magistrado Francisco Rosales Argüello.