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Darío y el Periodismo
En tierra de Don Quijote (reportaje)
Ideología de la clase dominante
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Rubén Darío al 100

Antecedentes

Lector precoz, en su AutobiografÃa señala:
"Fui algo niño prodigio. A los tres años sabÃa leer; según se me ha contado."
Desde muy pequeño se fue a vivir con su tÃa a la ciudad de León, y muy pronto mostró su genialidad, pues aprendió a leer a los tres años, teniendo famosas obras literarias como lecturas predilectas, consideradas muy complejas para su edad. Además escribÃa numerosos versos para celebraciones regionales, y antes de sus 13 años, algunos fueron publicados en un periódico de la ciudad de Rivas llamado "El Termómetro". Desde entonces, comenzó a ser conocido como "el poeta niño" en toda Nicaragua, y poco a poco en el resto de los paÃses de la región centroamericana. A los 14 años se le invitó a participar en la redacción de un periódico llamado "La Verdad", que era de oposición al gobierno de la época.
Entre los primeros libros que menciona haber leÃdo están el Quijote, las obras de MoratÃn, Las mil y una noches, la Biblia, los Oficios de Cicerón, y la Corina (Corinne) de Madame de Staël. Pronto empezó también a escribir sus primeros versos: se conserva un soneto escrito por él en 1879, y publicó por primera vez en un periódico poco después de cumplir los trece años: se trata de la elegÃa Una lágrima, que apareció en el diario El Termómetro, de la ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880. Poco después colaboró también en El Ensayo, revista literaria de León, y alcanzó fama como "poeta niño". En estos primeros versos, según Teodosio Fernández, sus influencias predominantes eran los poetas españoles de la época Zorrilla, Campoamor, Núñez de Arce y Ventura de la Vega. Más adelante, sin embargo, se interesó mucho por la obra de VÃctor Hugo, que tendrÃa una influencia determinante en su labor poética. Sus obras de esta época muestran también la impronta del pensamiento liberal, hostil a la excesiva influencia de la Iglesia católica, como es el caso su composición El jesuita, de 1881. En cuanto a su actitud polÃtica, su influencia más destacada fue el ecuatoriano Juan Montalvo, a quien imitó deliberadamente en sus primeros artÃculos periodÃsticos. Ya en esta época (contaba catorce años) proyectó publicar un primer libro, PoesÃas y artÃculos en prosa, que no verÃa la luz hasta el cincuentenario de su muerte.
PoseÃa una superdotada memoria, gozaba de una creatividad y retentiva genial, y era invitado con frecuencia a recitar poesÃa en reuniones sociales y actos públicos.
Debido a todo el reconocimiento alcanzado como "poeta niño", algunos miembros liberales del Congreso Nacional sometieron a aprobación de su presidente una beca para mandarlo a estudiar en Europa, pero cuando en una fiesta celebrada en el Palacio Presidencial Rubén fue invitado para declamar sus versos, fue rechazado por el presidente Pedro JoaquÃn Chamorro, quien le dijo: "Hijo mÃo, si asà escribes ahora contra la religión de tus padres y de tu patria, ¿qué será si te vas a Europa a aprender cosas peores?". En lugar de Europa, se le propuso estudiar en la ciudad de Granada, pero Rubén terminó rechazando la oferta para no ofender a su pueblo adoptivo, León, debido a la antigua rivalidad polÃtica entre ambas ciudades. AsÃ, Rubén resolvió seguir estudiando en el Instituto Leonés de Occidente.
En sus viajes a Managua, y siendo protegido por los miembros del Congreso pertenecientes al partido Liberal, conoció a grandes personajes de intelecto que le ayudaron a conseguir un trabajo en la Biblioteca Nacional, lo que le abrió las puertas para conocer más sobre la literatura castellana. Y asà se quedó en Managua colaborando con su labor periodÃstica en los diarios "El Ferrocarril" y "El Porvenir". En esta ciudad conoció a Rosario Emelina Murillo, con quien se casarÃa varios años después.